La tarde había pasado volando. Habían bajado a tomar algo, después de hacer todos los deberes. En cuanto terminaron la merienda que les había preparado su madre, subieron de vuelta a la habitación de Sheryl.
Sheryl se tumbó en su cama sin saber que hacer, ya había hablado mucho mientras ''hacían los deberes''. Ahora estaba cayada.
-¿Me haces un sitio? -preguntó Drake con una sonrisa.
Sheryl chasqueó la lengua y sonrió, apartándose a un lado. Drake se tumbó junto a ella. Los dos estuvireon en silencio un rato.
-Drake... -dijo de repente Sheryl.
Él giró la cabeza hacia ella.
-¿Sí?
-¿Por qué haces esto?
Drake frunció el ceño, sin entender de lo que estaba hablando.
-¿Hacer qué?
Sheryl suspiró.
-Hacer esto.
Drake se mantuvo en silencio, esperando que Sheryl continuase con su explicación.
-Estar conmigo, hacerte amigo mío -rectificó-. Acompañarme. No poner ninguna pega a lo que haga. Intentar... -besarme, iba a decir, pero se quedó cayada.
Drake sonrió.
-¿Qué por qué?
Sheryl volvió la cabeza hacia él, ahora con sus dos narices rozándose.
-Sí.
-Hmm... ¿tú que crees?
Sheryl puso los ojos en blanco. Odiaba que le dijeran eso.
-Y yo qué sé. No entiendo lo que pasa en tu mente.
Drake dio una carcajada.
-¿En serio?
-¡Sí! -dijo Sheryl sacando aire por la nariz.
Rió más y Sheryl enrojeció frustrada.
-Bueno... ¿me vas a contestar?
Drake volvió a mirarla a los ojos.
-Es muy sencillo.
Esperó vacilante la respuesta.
-Quiero protegerte.
Sheryl frunció rápidamente el ceño, sorprendida.
-¿De qué hablas?
-¿De qué quieres que hable? ¿No entiendes el término ''proteger''?
-¡Claro que sí!
-¿Entonces?
-¿Protegerme... de qué? -dijo elevando la voz.
Drake se quedó en silencio y cerró los ojos. Se moridó el labio.
-De... lo de fuera.
Sheryl estaba todavía más confusa. Con cada una de sus palabras su mente enloquecía más.
-Drake... sigo sin entenderte.
-Creo que es mejor así.
Lo miró extrañada, ya no sabía que más decir.
-En ese caso... ¿tu objetivo es protegerme?
-Así es.
Se quedaron en silencio.
-Veras, Sheryl. Hay un montón de cosas que no puedo explicarte ahora, pero quiero que las comprendas, porque quiero enseñarte como soy.
-¿Drake?
-¿Sí?
-¡¡No sé de qué hablas!!
Drake estalló carcajadas. Después de reir tanto se limpió las pequeñas lágrimas y miró a Sheryl aún sonriente.
-No importa.
Sheryl se quedó de morros, enfurecida por su conducta. Aunque su intención no era de estar de morros...
-No pongas esa cara, anda.
Sheryl abrió los ojos y dio un pequeño grito, aún más enfadada.
-¡Ey! ¡No grites!
Sheryl se giró hacia Drake para protestar más, pero en vez de verlo como el simple Drake de siempre, lo vio como Drake... El Drake que hacía que su corazón comenzase a palpitar.
De repente lo vio todo. El precioso cabello rubio oscuro que se moría de ganas por tocar. Sus ojos verdes que le desintegraban por dentro, como si tuvieran rayos laser. Sus pestañas largas. Los rosados y pero pálidos a la vez labios, finos como una línea. Y sus dientes, que eran de un blanco puro, pero algunos algo torcidos. Todo él perfecto, pero imperfecto a la vez. Creo que... ya no estoy segura... de si le odiaba tanto.
Pero despertó de su sueño cuando Drake le lamió la nariz.
-¿Hay alguien ahí?
Sheryl abrió muchos los ojos y se echó rápidamente hacia atrás, con las manos en la nariz.
-¡Drake! ¿¡Por qué has echo eso!?
-¿Otra vez con lo que hago y dejo de hacer?
-¡Normalmente si alguien está en las nuebes das un chasquido o agitas la mano! ¡¡Pero no le lames la nariz!! -Se frotó la punta de su nariz, donde Drake le había dado el lametón.
Drake rió un poco.
-¡Pero así es más divertido!
Sheryl resopló.
-Eres inaguantable.
-Inaguantablemente resistidor -dijo acercándose a ella, con una voz seductora.
-D... Drake -susurró Sheryl mientras él se ponía encima suyo.
-¿Sí..., Sher?
-¿Qué estás...? -pero no pudo terminar la frase, ya que las palabras se le agolparon en su garganta, al tener a centimetros suyos el precioso rostro de Drake. Comenzó a respirar agitadamente.
Y como una chispa, todo cambió a su alrededor.
Comenzó a desear más. Su corazón palpitaba de la emoción. Drake era, como había dicho él mismo, demasiado irresistible.
Lo necesitaba.
Bajó la mirada hasta sus labios, que se curbaban un poco en la comisura. El deseo de explorarlos inundó su mente completamente. Drake se acercó un poco más. Sheryl notaba su aliento en su rostro. Ya todo le daba igual, Drake tenía los ojos cerrados, y los labios algo separados. Sheryl cogió su rostro entre sus manos. Lo quería para ella sola. Drake acercó la cabeza un poco más, lo suficiente para que los labios de ambos se rozasen, pero sin llegar a juntarse. Cerró los ojos.
Y de repente, notó cómo Drake sonreía.
-Creo que debería irme ya.
Se levantó. Y dejó a Sheryl tirada en la cama, en la misma posición, con los ojos abiertos de par en par.
Como se ha atrevido... a acerme... ¡¡¡¡esto!!!! Gritó en su mente.
Se levantó enfurecida.
-Drake Tisdale, ¡juro que un día de estos te asesinaré! ¡¡Y lo digo en serio!!
Se oyeron las carcajadas de Drake mientras se movía y cogía la mochila, para luego salir por la puerta.
-Te esperaré con ansia -dijo haciéndole un saludo militar, antes de desaparecer por el pasillo.
-¡Espérame!
Cuando Sheryl lo alcanzó, Drake ya estaba en el vestíbulo, a punto de irse.
Abrió la puerta y los dos salieron fuera. Sheryl se tapó los brazos desnudos ante la noche.
-¿No tendrás frío? -le preguntó ella a Drake echando vaho por la boca- Comienzan a bajar las temperaturas...
-La que debe de tener frío eres tú. Será mejor que entres en casa antes de que te enfríes.
Sheryl guardó silencio.
-Bueno... Me voy.
-Hasta mañana... -susurró Sheryl.
Drake la cogió suavemente por la cintura y le dio un pequeño beso en la mejilla.
-Hasta mañana -contestó con una tímida sonrisa en los labios.
Después desapareció entre las sombras de la noche.
Sheryl, impactada, se tocó la mejilla donde los labios de Drake habían estado hasta hacía unos segundos.
Tenía que admitirlo, estaba enamorada de él.