viernes, 6 de diciembre de 2013

''Entre Dimensiones'' Capítulo 10: Sus dos rostros

Sheryl esperaba ansiosa el día siguiente.

Se durmió pensando en Drake, algo tarde, como siempre pasaba cuando sus pensamientos vagabundeaban por el rostro y las acciones de ese chico. 

Despertó demasiado pronto, así que tranquila se aseó y desayunó. El invierno comenzaba a llegar tenebroso; era una mañana fría. Sheryl salió de casa y con paso tranquilo caminó por las calles solitarias y heladas. El cielo estaba empañado, sólo Sheryl caminaba por su mundo. Con los ojos perdidos en el infinito siguió su camino solitaria, con la mente en otro lugar lejano a ese.

Cuando llegó al instituto ya había gente, así que entró sin ni siquiera esperar a sus amigos. Cuando iba por el pasillo Dael la vio a los lejos y las dos entraron juntas a la clase de Latín. Sheryl quería ver desesperadamente a Drake por alguna razón, lo echaba de menos. Lo necesitaba.

Después de las desesperantes dos primeras horas llegó el recreo, donde todo el mundo salía del edificio. Tenía que verlo, ahora sí.

Llegó rápidamente a la salida, dejando a sus amigos atrás. Cuando salieron ellos ella les dijo que se adelantasen, ahora llegaba ella.

Por fin vio aquel cabello rubio inconfundible. Fue corriendo cerca de las escaleras de la puerta y esperó a que se acercase, reprimiendo una sonrisa. El bajó las escaleras y giró a la derecha, justo hacia ella. Cuando lo tuvo a dos metros de distancia ella sonrió ampliamente y le saludó con la mano. El la miró.

Sólo la miró.

Drake siguió caminado y pasó a su lado sin hacer nada, como si fuese una chica cualquiera, como si no la conociera, como si no valiese nada para él...

En esos instantes a Sheryl le dio un vuelco al corazón. ¿Qué estaba pasando? Ese no era el Drake que ella conocía. ¿Qué había hecho ella como para que actuase así? ¿Sólo había estado jugando con ella como si fuese un instrumento?


Todos esos pensamiento se agolparon en su mente. No. No, en realidad no había pasado nada. Seguramente él pensaría que era otra chica. O simplemente le estaba haciendo una broma. Seguro que había una razón para todo eso. Seguro...

Sheryl se giró hacia atrás, donde el había desaparecido de su mirada. Vio unos instantes como desaparecía detrás del edificio del instituto. Sheryl corrió hacia allí, suplicando una respuesta.

Cuando torció la esquina unas manos la agarraron y chocó contra algo blando. Se vio arrastrada unos metros, luego quedó inmóvil en silencio.

De repente los brazos la soltaron y ella se quedo mirando el suelo. Los pies de alguien. Levantó la mirada. Lo reconoció al instante. Por supuesto, era Drake. 

Sólo era Drake, la había abrazado... al instante.

Vio su mirada sonrojada, clavada en el suelo.

-Eeh... Yo... -se rascó la nuca.

Sheryl sonrió y lo volvió a abrazar, sorprendiendo a Drake. Él la estrechó contra él, feliz.

Parecían una pareja... Pero no lo eran.

Sheryl se separó al recordarlo.

-Se que sonará raro, pero..., no sé por qué, tenía ganas de verte -le dijo Drake.

Sheryl le miró a los ojos, unos ojos que echaban destellos verdes. Decía la verdad.

-Yo... -Yo también, quiso decir. Se quedó en silencio-. Vaya... Será que ayer pasamos demasiado tiempo juntos.

¡Estúpida! ¿Por qué dices eso?

-Oh... -contestó Drake-. Sí, debe ser por ello.

-No deberíamos juntarnos tanto tiempo seguido.

¡No! ¡Para! ¿¡De qué estás hablando!?

No debo mostrarle tanta adoración, debo ser más dura. Dialogó entre sí misma.

-¿En serio?

-Sí, me molestas. Para empezar, ¿por qué me has abrazado? ¡Eres estúpido! -Dijo firmemente.

De repente las lágrimas retenidas escaparon, se le cayeron por las mejillas, se deslizaron por su piel, y siguieron llegando nuevas. Su cara cambió a una gesto amargo y dolorido y dio un gemido.

-¿Sheryl? ¿Qué ocurre?

Sheryl se tapó el rostro con sus manos y cayó de rodillas al suelo, sollozando estúpidamente.

-¿Por qué he dicho eso? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? -Exclamó con voz hueca-. ¡La estúpida soy yo! ¿Por qué hago esto?

-¡Sheryl! 

Los brazos de Drake la rodearon, cuando se dio cuenta que esas palabras las había dicho en voz alta, aunque no se debían de haber escuchado muy correctamente, entre gemidos, sollozos y la barrera de sus manos.

-Sher, Sher, cálmate.

Ella lloro entre sus brazos sin volver a decir palabra. No quería ser tan dulce con el. No quería. Pero algo en su mente le decía que debía serlo.

-Lo siento, Drake. Lo siento tanto... -lloro ella sobre su hombro.

-No importa Sher. Tranquila. Estas bien.

Sheryl alzo la cabeza y se levanto quitándose de encima los cálidos brazos de Drake.

-Perdón por haberte molestado, creo que debería de volver con mis amigos.

Drake, de rodillas en el suelo, se le quedo mirando impactado. Ella se giro y, sin volver a mirarlo siguió el camino de vuelta.

Drake no la paro.

Sheryl volvió junto a su grupo, que estaban sentados bajo la sombra de un árbol riendo entre ellos. Dael fue la primera en escrutarla.

-Sheryl! Donde estabas? -corrió a su lado para cogerle de las manos. De repente vio su cara sonrojada y los destellos en sus mejillas-. Que te ha pasado? Ha intentado hacerte algo alguien? Que? Que ha ocurrido?

El resto del grupo, al oír a Dael, corrió a su alrededor.

-¿Sheryl? ¿Estás bien? -exclamó Hayley

-Si, nos os preocupéis -dijo limpiándose la cara rápidamente.

Mierda, tendría que haber esperado un poco a que se me pasase esto. 

El rostro de Drake dolorido apareció en su mente, sintió como sus brazos volvían a abrazarla. la ultima lagrima retenida se deslizo por su mejilla. Se mordió el labio.

-¡Sher! -la abrazó Dael -. ¡No estas bien! ¡Cuéntanos que te ha pasado!

-Nada, una estupidez -Sheryl pensó una escusa rápidamente-. Solo tenia que devolverle un cuaderno a una compañera, y viviendo hacia aquí me caí y me hice daño en las rodillas-. Gracias a Dios que llevo pantalón largo. Pensó Sheryl.

-Pero, ya estas mejor? -le pregunto Hayley

-Si, en serio, no os preocupéis.

Hubo un silencio en el grupo, de pronto Dael exclamo.

-¡Bueno! Animemos esto un poco. Sheryl, quiero que veas esto -ella le señalo algo con la mano, que no podía ver porque sus amigos lo tapaban,

Sheryl frunció el ceno y entorno los ojos mientras la gente se hacia a un lado. Al final del grupo de gente, apartado de la multitud, había un chico. Era mas alto que Sheryl y de brazos fuertes, quiero escuálido. Su pelo era de un color castaño claro y lo llevaba un poco largo, con un flequillo de mechones sueltos cayendo sobre su frente. y las puntas del cabello algo levantadas. Sus ojos, de un azul verdoso, brillantes como un diamante transparente, se posaron en Sheryl. Sus labios formaron una sonrisa.

-Hola, Sher.

Él era el único que la llamaba Sher.

-Jem... -susurro Sheryl con la voz temblorosa- ¡Jem! ¡Has vuelto! ¡¡Jem!!

Sheryl corrió entusiasmada hacia sus brazos abiertos. Esta vez lloraba, pero no de tristeza, sino de alegría.

-Jem. Jem. Jem. Jem -dijo entre sus brazos.

-He vuelto Sher, he vuelto.

-Jem, te he echado tanto de menos -exclamo Sheryl, levantando la cabeza para mirarle a los ojos.

Jem se inclino hacia el rostro de Sheryl y le dio un beso en la comisura de los labios, se separo y le sonrió. Los dos se miraron, abrazados entre si, con una felicidad inmensa en sus rostros.

-Yo también te he echado de menos, quería volver a tu lado, te necesitaba. Te quiero tanto... -la abrazo mas fuerte, atrayéndola hacia el.

-Oh, Jem -Sheryl volvió a enterrar su rostro en su pecho. Estaba tan feliz que pensaba que su corazón iba a explosionar en cualquier momento. 

Los dos se separaron aun sonrientes.

-Vayamos a dar un paseo, asi podremos contarnos cosas.

-Me parece bien -dijo Jem asintiendo.

Le cogió de la mano y los dos se fueron fuera del instituto para andar por las calles. 

Jem había venido desde América, después de casi tres anos estudiando en el extranjero. Por fin estaba de vuelta, allí, junto a Sheryl. Jem Haperd era un amigo de la infancia de Sheryl. Siempre habian estado juntos, siempre. Desde el día en que se conocieron, su amistad nunca había desaparecido. Los dos se querían, pero, por supuesto, como amigos. Siempre habian salido juntos de todos los problemas que se habian presentado en sus caminos, y los dos se apoyaban mutuamente. Nunca se habian traicionado, y siempre estaban el uno para el otro. Jem había empezado el instituto junto a Sheryl, pero a mitad de curso tubo que irse por razones personales a estudiar a América. Sheryl lo paso muy mal el día de su partida, y estuvo llorando encerrada en su habitación largas semanas. Acabo superándolo, pero siempre lo añoro. Por fin, había vuelto junto a ella.

Los dos hablaron muy entusiasmadamente de sus aventuras por la vida. Jem le contó que había conocido a gente nueva en aquel instituto. Después de que sus padres resolviesen las deudas que los habian arrastrado hasta allí, decidieron volver a Inglaterra. Ahora Jem volvía al instituto donde Sheryl seguía estudiando. Los dos amigos volvieron a unirse. Su lazo nunca se rompió.

Cuando acabo el recreo Sheryl se despidió cogiendo su cabeza y dándole un beso en la mejilla. A el no le importo. Si, parecía su novio, pero estaba tan feliz de haber vuelto junto a el que no podía evitarlo. Quería besarlo por todas partes, saber que de verdad estaba allí, abrazarlo como un oso de peluche, llevárselo a su casa, volver a besarlo y abrazarlo, quererlo, saber que no volvería a desaparecer. 

Sheryl volvió hacia su clase sacudiendo la mano, en un interminable adiós. Las dos próximas horas pasaron lentas, Sheryl con la cabeza en las nubes pensando en el. Quería pasar todo el tiempo con Jem. Quería volver con el. Quería que se terminasen las clases de una vez y volverlo a ver. Su profesor de matemáticas le echo la bronca por no prestar atención, pero a Sheryl le dio igual. 

Por mala suerte el profesor de matemáticas se enfado y les hizo quedarse cinco minutos mas, quedando menos tiempo para la hora de la comida. Cuando salio fue corriendo, la primera del grupo. De repente, cuanto paso junto a la puerta que daba al laboratorio, unas manos la agarraron de la mochila y la arrastraron al aula.

Escruto el rostro de Drake entre las oscuridad del aula. El la soltó y se le quedo mirando.

Su mirada era seria, y sus labios apretados en una perfecta linea.

-Luego, después de las clases, hablaremos.

-A que te refieres? -pregunto Sheryl, sorprendida.

-Ya sabes a que me refiero. Cuando acabe el instituto te vienes conmigo. -Después le lanzo una mirada severa y se volvió para salir del aula.

-Pero...

e no le hizo caso y salio con paso furioso.

Sheryl se quedo aturdida, sin entenderle muy bien.



El resto de la hora de la comida la paso con Jem y sus amigos riendo por chistes y anécdotas.

Después continuaron las ultimas dos clases y ya todos se dispusieron a ir a sus hogares.

Jem y Sheryl habian decidido juntarse en casa de ella para pasar la tarde contándose mas cosas. Sheryl se preocupo por si Drake la retendría mucho tiempo y suplico que el no quisiese llevársela a casa.



Salio pronto de clase, antes de que tocase el timbre, y Drake ya estaba esperándola en la puerta, con una mirada severa que la aterrorizo. Sheryl fue junto a el, que la cogió del brazo y se la llevo detrás del edificio, donde habian estado en el recreo.

-¿Drake, que pasa?

-¿¡Que que pasa!? -gritó enfurecido Drake-. ¿¡Quien narices es ese tío!? ¿¡De que va!?

-¿Que? ¿A quien te re...? -de repente Sheryl cayo en la cuenta de que se refería a Jem. Quizás los hubiese visto juntos, abrazarse, pasear de la mano...

-Sabes perfectamente a quien me refiero -dijo enfurecido-. No quiero que estéis juntos, me entiendes?

-No pienso hacer eso, Drake.

-Pues ese cabrón lo pagara muy caro -dijo retorciéndose los puños.

-No te atrevas a tocarle un pelo -respondió Sheryl con los dientes apretados.

-¿Ah, sí? ¿Y si lo hago, qué?

-Solo estas celoso, idiota. Si le haces algo te juro que el que acabara mal seras tu, porque no volveré a dirigirte la palabra, ni si quiera una mirada, y si volvieses a tocarme, te juro que los declarare como acoso sexual.

Drake la miro con sombras en los ojos. Estaba cayendo ante ella, lo estaba derrotando.

-No lo harás.

-Oh, si, te aseguro que lo haré, porque Jem es un millón de veces mejor que tú.

Drake dio un paso atrás. sabia que eso le había echo daño. 

-No dejare que ese mierdas se quede contigo.

-No te atrevas a volver a insultarle!! -gritó Sheryl, aún mas rabiosa-. No vuelvas a... hacerlo -las lagrimas amenazaban con salírsele de entre los parpados.

-¿Que no lo insulte? -le dijo Drake-. Es un hijo de la gran, me da igual si le insulto, se lo merece. Solo es un tío que se aprovecha de ti, seguro que mañana te estará metiendo la lengua hasta la garganta y al siguiente ya te abra metido en su cama. Solo quiere tu cuerpo, has visto como te a besado antes? Si solo fueseis amigos no hubiese echo eso.

A Sheryl le dio un enorme vuelco al corazón al oír aquellas palabras. Estallo en lagrimas y cerro fuertemente los puños.

-Te odio -después corrió.

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¡Hola! ¿Que tal? Por fin he subido este capitulo, me ha costado bastante. Votar si os ha gustado y si tenéis alguna opinión o idea que queráis compartir ponerlo en los comentarios, muchas gracias. ¡Hasta la próxima! (Comentario mío en Wattpad)