Sheryl caminó pensativa por las calles.
Hacía una bonita mañana de otoño, el sol le acariciaba las mejillas. Todo estaba muy tranquilo.
Pensó en Drake. Aquel chico. Esa experiencia. Nunca es su vida le había pasado algo así. Todo había empezado con aquel estirón de pelo, un estúpido movimiento. Una pelea. Sheryl había confiado en sí misma y aceptó el reto. Sabía que podía ganar a un simple y estúpido chico del instituto. Sí, sabía que los chicos, en mayor parte, tienen más fuerza que las chicas y más habilidades a la hora de combatir de esa manera. Pero Sheryl era diferente, tenia un gran potencial en muchos sentidos. Sus primos le habían enseñado lucha de todo tipo. Podía con él. Acabó el combate pensando que lo había ganado ¡había podido! Pero todo se torció en milésimas. ¿Como narices había aprendido ese golpe? Con sólo tocar aquel punto débil de su cuello había caído desmallada en un momento. ¿¡Y si lo había hecho aposta para tenerla en su casa!?
La cara de Sheryl cambió. Luego hablaría seriamente con él...
-¿Sheryl?
Sheryl levantó la mirada de la acera.
-¿Dael? ¡Vaya! Qué sorpresa.
Dael fue corriendo hasta ella los metros que las separaban.
-Más me he sorprendido yo -dijo ella mirándole de arriba a abajo-. ¿Qué haces aún con el uniforme puesto? - a Dael se le ocurrió la razón- ¿No será? No. No, no, no, no, no. ¿Es posible? Uhhhhh.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-¿Estuviste todo el día fuera? ¿Con un chico? -Dijo Dael levantando y bajando las cejas-. Cuenta, cuenta. ¿Qué cosas sucias hicisteis? -preguntó muy pegada a ella.
-¡No hicimos nada! ¡O sea...! ¡Me refiero a que no estuve con nadie! Sólo con una amiga.
-¡Con que sí que estuviste con uno! ¿Quien? ¿¡Quien fue el afortunado!? -exclamó ilusionada con los puños cerrados.
-¡Que no estuve con nadie!
-Vamos a tu casa y me lo cuentas todo.
-¡No vas a venir a mi casa así como así! ¡¡Y te repito que no estuve con ningún chico!!
Dael miró la mochila del instituto que colgaba de la espalda de Sheryl.
-Oh, fue un plan de última hora. Recién del instituto.
-¡Exacto! Sólo fue una amiga que me invitó a comer ¡y ya me convenció para pasar la noche!
Dael siguió ignorándola.
-Espera, en el almuerzo hablaste con ese tal Drake de algo. ¿No fue algo de una pelea? Luego nos lo explicaste por encima rápidamente, como si... ¡quisieras evitar el tema! ¡¡No!! No, no, no, no, no.
-Déjate de nos, ¿qué pasa?
-¡¡¡Os fuisteis juntos!!! ¡¡¡Los dos solitos!!!! ¡Que romántico! -dijo ella mirando al cielo con los ojos brillantes.
-¡TE EQUIVOCAS! ¡¡NUNCA ME IRÍA CON MALDITO PERVERTIDO!!
-¿Per-ver-tido? -le dijo marcando casa sílaba y girando la cabeza-. ¿¿Que te ha hecho? -chilló con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Dael! ¡¡UUUAAAHH!! -Sheryl se revolvió la cabeza a punto de estallar. Luego le señaló con el dedo- ¿Si te lo cuento todo te callarás?
-¡¡Oooh!! Mutis -se tapó la boca con un dedo, sonriente.
Sheryl suspiró.
-Vamos a mi casa.
Una vez llegaron Sheryl le contó por encima lo sucedido, sin muchos detalles (como que intentó besarla dos veces o que se la llevó volando por las escaleras). Dael estaba atenta a la conversación y de vez en cuando se reía y se sonrojaba sin entender Sheryl el motivo.
-Que suerte tienes.
-¿Cómo?
-Que tienes suerte, tonta.
Sheryl le miró con el ceño fruncido.
-¿Suerte?
-¡Deja de preguntar lo que digo! -exclamó Dael poniendo morritos.- ¿No entiendes por qué? ¡Cualquier chica se moriría por tener una experiencia como esa! Que de repente despiertes en casa de un chico, te trate como a una princesa y te tenga retenida un día en su casa -a Dael se le iluminaban más los ojos con casa palabra. Sheryl le miraba interrogativa-. ¡Y encima Drake Tisdale! ¡El mismísimo Drake Tisdale! Uno de los chicos más guapos de bachiller, que digo bachiller, ¡el instituto enterito! -Dael le agarró de los hombros- No sabes la cantidad de chicas a las que ha rechazado, prácticamente todas se le declaran. Yo lo hice una vez en primero, pero ni me miró, sólo me hizo un gesto con la mano -Dael comenzó a reírse como si fuese un recuerdo maravilloso-. Aunque... ahora que lo pienso creo que está disponible, al no ser que tenga una novia mucho más mayor que él en...
-¡¡No hables de él como si fuero un objeto!! -gritó Sheryl enfurecida.
Dael le miró sorprendida.
-¡No hagas como si fuese un chico cualquiera diciendo si está disponible o no! ¡Es una persona! ¿Vale? ¡Tiene sentimientos!
Dael estaba muy asombrada.
-¿Desde cuando... -susurró- le defiendes?
De repente los labios de Dael, que se encontraban entrecerrados, comenzaron a estirarse rápidamente para formar una sonrisa pícara.
-Con que es verdad...
-¿El qué?
-¡¡Te gusta!!
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