Jem P.O.V
¿De qué iba ahora? Vale, sí, comprendía todo eso de que ella se sentía incómoda si estábamos tan unidos, incluso yo notaba que ''demasiado''. Bueno, mis sentimientos hacia ella eran extraños. ¿Sentía algo más que una amistad? ¡N-no lo sabía! Mi cabeza estaba tan confusa que ni siquiera yo mismo la mantenía cuerda. Simplemente mi cuerpo me impulsaba a protegerla, a quererla. Y sí, ese beso fue muy extraño, y creo que lo desperdicié. Vale, tampoco es eso, ya que es mi mejor amiga, pero bueno... El caso es, que después de explicarme ella todo, nos damos un abrazo y me dice lo de la nueva chica. ¿Por qué me hace esto?
Me hizo levantarme para hablar con ella. Puse los ojos en blanco y con las manos en los bolsillos me acerqué a ella.
-Hola...
Estaba sentada en la hierba, sin hacer mucho, se le notaba confusa de verdad. Pobrecilla.
Alzó la mirada hacia a mí sobresaltada.
-Ho-Hola...
-¿Estás sola? -le pregunté amable.
-Sí...
Qué inocente era.
-Soy amigo de Sheryl Hasting, ¿sabes quien es?
La chica asintió sin dejar de mirarme.
-Mi nombre es James Harperd; puedes llamarme Jem. -Sonreí de lado.
-Yo... yo soy Lina Bellamy.
-Qué nombre tan bonito.
Lina sonrió levemente con las mejillas sonrojadas.
-Ven, ¿quieres que te enseñe el instituto? -Le ofrecí la mano.
Lina se levantó con mi ayuda mirando el suelo.
Los dos nos encaminamos dentro.
-¿Y de donde vienes?
-De la ciudad de al lado. Mis padre y yo no hemos mudado por trabajo.
-Eso explica el por qué cambiarse a casi mitad de curso.
Lina suspiró.
-Así es...
Su voz era dulce, amable, aguda, pero no chillona. Parecía como si te acariciara la piel con suavidad, como si fuese la luz del sol en tu rostro.
-Ha sido Sheryl la que me ha mandado enseñarte el instituto -dije indiferente. Andábamos por un pasillo.
Lina rió un poco.
-Vaya...
-¿Y a qué clases vas? Quizás coincidamos en algunas... -¿Se me había notado mucho?
Lina me dijo las clases a las que iba. Casualmente coincidíamos en algunas. Le enseñé el laboratorio.
-Pues yo también me cambié de insituto hace poco. Vivía en América y por fin he vuelto. Tenía mucho amigos aquí. Sheryl es una de mis viejas amigas, puede que la más preciada...
-Es una chica muy maja.
-Lo sé. -Sonreí cerrando los ojos.
Salimos del laboratorio y entramos en la biblioteca.
-La biblioteca.
Lina se acercó a una de las estanterías y cogió un libro que le llamó la atención. Me coloqué detrás suyo asomándome por encima de su hombro.
-¿Te gusta leer? -pregunté mirando el libro abierto.
Lina pasó los dedos por encima de las letras.
-Sí.
-A mí también -sonreí.
Pero mi sonrisa no pudo compararse con la que puso Lina. Sus ojos brillaban mientras me miraban.
-No conozco a mucha gente que le guste leer.
-Pues ya conoces a alguien más -respondí.
Le enseñé el resto del instituto. Le conté cosas de mi vida y alguna que otra anécdota, a veces sonreíamos y otras reíamos. Ninguno de los dos prestó mucha atención a la visita. Justo cuando terminamos sonó el timbre del final del recreo. Los dos nos fuimos juntos a clase.
Cuando terminaron esas dos horas nos levantamos de nuestros asientos.
-Oye, Lina... ¿Ahora a donde vas? -pregunté refiriéndome a los sitios en el comedor.
Lina se encogió de hombros mirando hacia abajo.
-No lo sé...
-¿Quieres venirte con nosotros? -dije con una sonrisa-. Estoy seguro de que todos te caerán bien, ¡además ya conoces a Sheryl!
Sonrió para mí.
-Eres muy amable, me harías un gran favor.
-¡No te muevas, en seguida vengo!
Corrí a hablar con Sheryl. Ella, entusiasmada, aceptó mi propuesta.
Volví rápidamente hasta donde se encontraba Lina. Estaba apoyada en la pared del pasillos, jugueteando con sus manos, nerviosa. Sinceramente desde esa vista se le veía preciosa. Su vestido blanco contrastaba con el brillo del suelo. Sus pies y sus rodillas estaban juntos. Parecía que sus mejillas nunca perdía el color rojo, y eso me volvía loco. No se dio cuenta de que ya volvía; ya casi no había nadie por el pasillo. Puse una mano sobre las suyas para pararlas. Levantó la vista asustada. Le cogí la mano.
-Vamos al comedor.
Lina asintió. Me pareció ver sus mejillas aún más rojas.
La llevé hasta el comedor donde por fin se encontraban todos.
Allí, Lina en seguida encajó con los demás. Nos contó cosas y hablamos de todo un poco.
Volví a coincidir con ella en algunas horas. En la última salimos juntos a fuera, listos para irnos a casa. En la salida me despedí de ella.
-Bueno, espero verte mañana.
-Yo también -sonrió tímidamente.
Sin darme cuenta, mi mano llegó hasta su mejilla, que se coloró más. La caricié con suavidad.
-Que no te pase nada por el camino, ¿eh? -dije con una voz suave.
Lina asintió con rapidez.
Se despidió con la mano y una pequeña sonrisa, para luego irse corriendo.
El resto del día no dejé de pensar en ella.
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Holiii. Siiii, un especial TwT. Ya tenía planeado hacer uno hace bastante tiempo, pero no se me ocurría de qué. Y aprovechando la situación de Lina lo he sacado :'D. Además no me digáis que no os moríais de ganas por saber cómo les iba a estos dos. No me enrollo más, ¡espero que os halla gustado! Hasta el capítulo 17 :3
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