Su corazón estaba preto en un puño.
Jem estaba sentado contra uno de los árboles del exterior del instituto, alejado de todos, de brazos cruzados. No le apetecía hablar con nadie, ni si quiera con Lina. Estaba por una parte enfadado, y por otra triste y agobiado. Volvió a mirar su móvil por milésima vez. Nada. Sheryl había faltado ese día y no le había dicho nada. Podía sonar muy egoísta, pero Sheryl y él tenían una estrecha relacción y siempre que uno de los dos se habían ausentado un día de instituto se habían mandado un mensaje o algo. Pero ese día nada, no había nada. Quizás Sheryl estaba tan enferma que no había podido ni mandar un mensaje, o quizás... Pero espera, eso era lo que le preocupaba a Jem. ¿Y si se encontraba mal? ¿Y si le había pasado algo? Esas eran el tipo de preguntas que habían estado rondando por la cabeza de Jem durante toda la mañana. Pero eso no era lo peor. Le había mandado más de 30 mensajes y ella no respondía. Volvió a probar a llamar. Después de cuatro timbres la voz electrónica de una chica comenzó a hablar. Colgó enfadado, sus dientes apretados. Tiró el móvil al lado suyo por el césped y se acurrucó más contra el árbol, enfadado. Seguía sin contestar. La llamada perdida número 39 de la mañana. De repente vió cómo un par de Converse amarillas se detenían en frente suyo. Subió la mirada por el cuerpo hasta deternerse en el rostro del chico. Drake Tisdale.
-¿Puedo sentarme? -preguntó.
Jem se colocó mejor, asintiendo. Drake se sentó enfrente suyo con las piernas cruzadas. Habló sin mirarle a los ojos, dirigiendo la vista a su grupo de amigos, unos metros más allá.
-Hoy Sheryl no ha venido.
-Hum, me lo dices a mí -dijo con sarcasmo.
Drake alzó una ceja, mirándole esta vez.
-¿Sabes algo de ella? Vosotros sois muy amigos, y quizás... -no terminó la frase ya que se hacía falta saber lo que venía.
-Eso suponía yo -Jem torció los labios, mirando el césped-. No da señales de vida.
Ahora Drake alzó las dos cejas.
-¿Sabes si ha pasado algo?
Jem sacudió la cabeza.
-Nada de nada. Mira -Jem cogió el móvil y le enseño levemente los cientos de mensajes sin contestación-. Tampoco responde a mis llamadas.
-Esto si que es raro -dijo frunciendo el ceño.
-Tú fuiste el último en verla ayer, ¿no?
Drake torció los labios, pensativo.
-Creo que no. Fue después a casa de Bern a devolverle un cuaderno.
-¿A qué hora se fue?
-De mi casa, a las 21:00, de casa de Bern... Ni idea.
Jem se removió incómodo.
-¿Y si vas a preguntarle?
Drake asintió.
-Eso haré. -Se levantó y se dispuso a irse. Hizo un saludo militar-. Gracias por todo.
-No hay de qué.
Y así se fue.
Jem siguió unos minutos más allí, acurrucado contra el árbol, abrazando sus piernas con la mirada perdida al frente, consternado. Notó que una presenecia se acercaba tímidamente. Alzó la mirada ligeramente hacia donde procedía.
-Ho-Hola... -saludó Lina con voz entrecortada, nerviosa.
-Ah, hola...
Lina se sentó a su lado, su mirada expresaba preocupación.
-Lo siento, te he estado viendo desde allí, y no he podido evitar...
-No te preocupes -le interrumpió Jem con una sonrisa amable-. Estoy bien.
Lina se quedó callada, sentada a su lado.
-¿Qué ha... ocurrido? -la voz de Lina era suave, delicada. Parecía que estuviera diciendo ''por favor, protégeme de lo malo'' y Jem sólo tenía ganas de abrazarla cuando esa sensación de felicidad le llenaba el corazón.
-Bueno, quizás suene un poco tontería, pero Sheryl no ha venido, no contesta a mis mensajes y... -su voz se rompió cuando se dio cuenta de todo lo que le costaba hablar de ese tema.
-Jem, eso no es una tontería. Puede que le haya pasado algo de verdad.
Jem volvió a abrazarse, esta vez escondiendo la cara.
-Espero que no sea nada malo.
Lina se acercó más y lo abrazó. Jem se separó lentamente de sus piernas y le devolvió el abrazo, poniendo su rostro en el hueco de su cuello.
-Tranquilo, Jem -le susurró ella.
Drake caminó con las manos en los bolsillos, nervioso. Había encontrado por fin a Bern, cosa que le había costado gran tiempo porque estaba en la azotea haciendo un trabajo con unos amigos. Cuando le preguntó le contestó que Sheryl se había ido tarde, y que después de eso no supo nada más de ella. Eso lo preocupó más. Recuerda haberle preguntado si quería que la acompañase ya que era tarde, y eso que solo eran las 21:00. Si se había ido a las tantas aún era más peligroso. Pero dedujo que si le había pasado algo por la noche sus padres habrían llamado a Jem por si estaba en su casa con ella, pero si no le habían llamado eso quería decir que estaba bien en casa, ¿no? El timbre del comienzo de clases sonó en ese momento. Le preguntaré luego si ha llamado a sus padres... Pensó Drake. Se dirigió a su clase, con la vista clavada en el suelo y los pensamientos por el aire.
Jem no paraba de morderse las uñas. Ya era la hora de salida, seguía sin saber nada de ella. Intentó respirar hondo. No sería para tanto... Se estaba preocupando demasiado. De repente notó que una mano le tocaba el hombro. Se giró y vio el rostro de Drake.
-Oye Jem -empezó Drake-. ¿Has probado a llamar a los padres de Sheryl?
Jem sacudió la cabeza.
-Sí, pero daba igual, no hay nadie en casa porque sus padres trabajan.
-¿Y sus móviles?
-Siempre los tienen silenciados cuando trabajan. Pero les he dejado un mensaje para cuando puedan verlo.
De pronto el móvil de Jem sonó en un mensaje. Jem lo sacó rápidamente, casi cayéndosele al suelo. Leyó el mensaje, por su rostro Drake averiguó que no era Sheryl, pero frunció el ceño cuando vio los ojos de Jem ensachándose. Jem le enseñó el móvil y leyó. Era la contestación al mensaje que acababa de mencionar Jem.
Perdóname por no verlo antes, Jem. ¿Cómo que Sheryl no ha ido al instituto? Desde ayer por la mañana que no la veo. Se fue al instituto y luego a casa de Drake Tisdale. Me dijo que iba a pasar todo el día allí, así que supuse que vendría tarde. Como suele irse antes al instituto que yo a trabajar tampoco la he visto hoy. ¿Dices que no responde a tus mensajes? Un saludo.
Cuando Drake terminó de leer su mirada se encontró con la de Jem. Los dos pensaban lo mismo. Sintió cómo su corazón se encogía como un puño con fuerza. Había muchas posisiblidades de que le hubiera ocurrido algo. Su pecho golpeaba con fuerza, aterrado. Jem se dispuso a contestar cuando otro mensaje llegó. Abrió de nuevo la mensajería. Sus ojos se abrieron más que antes.
-¡Es Sheryl!
Drake, nervioso, se pegó a Jem para leer el mensaje juntos. Era la respuesta a uno de los cientos de mensajes que había enviado Jem.
Hola, Jem. Siento no haber respondido antes. Tranquilo, estoy bien, solo un simple dolor de cabeza. Tenía el móvil apagado porque me afectaba y no lo he visto. No te preocupes, en serio. xxx
Jem alzó la mirada de nuevo hacia Drake con el ceño fruncido.
-No lo entiendo -dijo Drake.
-Bueno, si ella dice que está bien...
Jem fue a contestar a Sheryl.
¿Puedo pasarme por tu casa ahora? Estoy preocupado de verdad.
Le dio a enviar. Segundos después llegó un mensaje de contestación,
¡No, en serio! Estoy bien, no te preocupes por nada. Solo ha sido un dolor de cabeza de la mañana. No hace falta que vengas.
En cuanto Drake lo leyó le arrebató de las manos el movil a Jem y le dio a llamar. Jem lo miró sorprendido. Al ver que no lo cogía chasqueó la lengua sonoramente. Volvió a probar, pero esta vez lo había apagado.
-¿Pero que mierda...? -fue a preguntar cuando le saltó el buzón de voz.
-¿Qué ocurre?
-Ha apagado el movil -dijó enfadado devolviéndole el móvil con brusquedad.
Jem alzó las cejas cuando cogió el móvil y escuchó las palabras de Drake. Se pasó una mano por el pelo dorado, nervioso y enfadado. Esto no tiene sentido... Se dijo al ver que las cosas no encajaban. Miró la hora de su reloj digital.
-Me voy a casa, avisame si te llega algún mensaje o te coge el teléfono o algo.
Jem asintió mientras Drake le decía su número de teléfono.
Después Drake comenzó su camino a casa.
Entró en su cuarto y tiró la mochila contra la pared. Se tumbó en la cama bocarriba con las manos en la nuca, sus pensamientos revueltos. Ahí había algo que no encajaba... Su madre decía que no la había visto, por lo tanto había salido de casa o quizás no había regresado. Que él supiera no conocía ningún motivo por el que ella no quisiese ir al instituto. ¿Había discutido con alguna amiga? ¿Una pelea? Pero ayer la había visto muy bien. Quizás hubiese hablado con alguien por la noche y... No, no creía que fuese eso. Pero Sheryl decía que estaba enferma en casa, y no obstante su madre no la había visto. ¿Qué estaba pasando? Igual era un despiste de su madre y si que estaba en casa solo que ella no la había visto con la idea de que esaba en el instituto. Su corazón suplicó que fuese eso. Abrió los ojos cerrados y miró la pared. Se llamó estúpido por no tener el móvil de Sheryl, él mismo la podría llamar y no estar ahí tirado sin hacer nada en la cama. En ese momento su móvil del bolsillo vibró en un mesaje nuevo. ¿Quien sería? Se incorporó y se sentó sobre la cama para mirar el mensaje. Abrió la mensajería. Era un número oculto. Pulsó en el mensaje con el ceño fruncido y comenzó a leer.
Sus ojos se agrandaban cada vez más y su piel se volvía más pálida conforme avanzaba en el mensaje. Soltó un grito desgarrador antes de salir corriendo con el móvil en mano.
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Hola! :3 ¿Qué tal? ¿Os ha gustado? El siguiente capítulo se va a poner muy interesante >w< Me gustaría que me dieseis vuestra opinión sobre la historia, me sería de gran ayuda, saber en que fallo y eso... ¿Qué tal el verano? ¿Os está yendo bien? xD Yo de momento algo aburrida, pero la temporada de anime de verano me está volviendo loquita! Hay tantos que llevo esperando que no se por donde empezar TwT ¡Ayer salió Free!! ¿Lo habéis visto? ¡Yo fangirleé mucho! Jajajajajaja. Si no lo habéis visto os animo a verlo :3 Es una anime muy bueno y que no os tire para atrás que se de deportes, porque eso es lo de menos xD ¡un abrazo muy fuere!
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