viernes, 4 de octubre de 2013

''Entre Dimensiones'' Capítulo 6: Amor u odio

-No... -dijo Sheryl en éxtasis-. No... ¡No me gusta!

-¡Claro que te gusta! Se te nota un montón, Sheryl. ¿No has visto como lo acabas de defender? Simplemente porque he dicho que ''está disponible'' -dijo Dael tapándose la boca mientras se reía.

-¡No es verdad, Dael! ¡¡Nunca me gustaría Drake!! ¡¡Me ha acosado, retenido en sus casa, y yo creo que si me hubiera dejado lo hubiera echo conmigo!! -gritó enfurecida Sheryl.

-A Sheryl le gusta Draake. A Sheryl le gusta Draake -canturreó Dael.

-¡Cáyate! -exclamó tirándole un cojín a la cara.

Dael lo esquivó y se puso a bailar por la habitación cantando la misma frase.

-¡No, no, no, no, no! ¡No es verdad! -dijo Sheryl tapándose los oídos encogida.

Dael se rió a carcajadas.

-Tranquila, de ahora en adelante te ayudaré a conquistarlo -le guiño el ojo.

-¡No!



Una vez que Dael se marchó, después de una interminable hora dando ideas para que Drake cayera en brazos de Sheryl, y ella negándolo cada cinco minutos, Sheryl se quedó más tranquila.

Se tiró en el sofá donde su madre estaba viendo un programa de televisión. Resopló enfurecida.

-¿Que tal Sheryl?

-Mal -dijo de morros.

-Oh, ¿qué te pasa cariño?

-No importa ya nada.

-Sheryl -dijo su madre mirándola furiosamente.

Sheryl apretó los dientes y acabó confesando. Siempre lo soltaba todo ante la mirada asesina de su madre.

-Dael piensa que estoy enamorada de Drake Tisdale (¿Te acuerdas de él? El que me tiró un plato entero de espaguetis en primaria.). ¡Pero no es así! Ha estado intentando convencerme todo el rato, pero no le entra en esa maldita cabezota suya que NO me gusta. Se me ha pasado varías veces por la cabeza si estaba enamorada, sin embargo automáticamente lo he borrado de mi mente. ¡Y ahora no sé qué pensar! Mamá, estoy muy confusa -acabó, tapándose el rostro con sus manos.

Su madre se quedó pensativa mirando la televisión. Luego respondió.

-Mira Sheryl, nadie elige de quien se enamora. Quizás Dael tenga razón de verdad y tú simplemente no quieras admitirlo por alguna razón. Quizás no estés enamorada tampoco, y sólo ella ha querido darte la lata todo el rato, o incluso convencerte para enamorarte ahora. Eso depende de ti.

-Pero cuando estoy con él no siento nada. Sólo lo veo como un chico más de Bachiller, un compañero. ¡Ni siquiera somos amigos! Hablamos muy pocas veces. Y si uno de los dos estuviese enamorado del otro yo creo que sería él, por su forma de comportarse.

-Igual es él el que está enamorado de ti. Mucha gente está echa la una para la otra, ¿sabes? Puede que ese sea tu destino, sólo que aún no lo sabes.

-¿Estar junto a Drake Tisdale? ¿Ese cabrón? No me lo creo.

-Chssst, cuida ese lenguaje, Sheryl.

Las dos se quedaron en silencio.

-No sé qué hacer, mamá.

-Todo a su tiempo, Sheryl. Tú déjate llevar.



Sheryl no pudo dormir en toda la noche. Dio vueltas y vueltas sobre su colchón ya caliente, pero no dejaba de rondarle por la cabeza el rostro de Drake. ¿Qué sentía en verdad por él? Ni siquiera ella misma lo sabía.

No... sí que lo sabía. Lo odiaba, lo había odiado siempre, desde el día en el le conoció. Parecía un niño rico que le daba igual todo, que se comportaba como quería con la gente y se burlaba sin piedad del que le cayera mal. Típico chico malo. Además era guapo, conquistaba a todas las chicas que lo viesen. Era como Medusa, que con mirarle a los ojos te convertías en piedra. Con él sucedía algo parecido. En cuando veías sus perfectos ojos verdes te caías rendida a sus pies. Pero Sheryl sabía que nunca haría eso, lucharía con él costase lo que costase, NUNCA se enamoraría de él. En definitiva... lo odiaba.

Al día siguiente era domingo. Sheryl pasó el día haciendo el vago, ya que no tenía mucho que hacer. Siguió pensando en Drake. La verdad es que la había dejado bastante mal. Cuando llegó la noche siguió sin poder dormir, hasta que se calmó



Sheryl consiguió dormirse, pero fue muy tarde. Mientras se preparaba el desayuno a las siete de la mañana los ojos de le cerraban sin querer y acabó empapando su cara en las tostadas mientras comía. Eso al menos la despejó un poco. Probó a tomar café, aunque no le gustaba mucho, y al final, cuando llegó al instituto ya estaba bastante mejor.

-¿Sheryl? Que mala cara traes hoy... -era Hayley, que la esperaba en la puerta.

-Sí... Casi no he dormido.

De repente escuchó una risilla detrás suyo. Sheryl se volvió para ver quien era.

En ese instante vio pasar una cabeza rubia al lado suyo que se tronchaba de la risa. Se alejó.

-DRAKE -dijo Sheryl enfurecida apretando los dientes.

Hayley se giró hacia él, que ya estaba lejos.

-¿Qué ocurre con él? ¿No fue ese el que nos molestó el otro día en la comida?

-Sí.



Cuando comenzaron las clases, Sheryl no atendió casi a las charlas de los profesores. Y se sentía incómoda al saber que él estaba en ese mismo edificio. Cuando llegó la hora de la comida, Sheryl empezó a moverse nerviosa en su sitio al saber que Drake aparecería pronto y se sentaría detrás suyo, tan cerca... En ese momento ella se encontraba sola en la mesa. Intentó comer rápidamente sus pechugas de pollo que su madre le había preparado con lonchas de quedo. Le ardían en la boca al acabarlas de meter en el microondas. Dael llegó a la mesa y se sentó a su lado.

-¡Hola Sheryl! -se quedó en silencio mirándola-. ¿Por qué tanta prisa? Ni siquiera han llegado las demás.

Sheryl tenía un trozo de pechuga en la boca.

-En una larga historia...

Dael sonrió maliciosa.

-Creo que no tan larga... para mí.

-No volverás a sacarme nada.

En un instante levantó la mirada y vio a Drake entrar en el comedor, haciendo que el corazón le diera un vuelco. Miró cómo pedía comida en el buffet y luego se dirigió hacia su mesa. Sheryl se puso rígida como un palo.

-¿Sheryl? ¿Qué ocurre?

Drake estaba demasiado cerca...

Él la miró y siguió andando. Sheryl tragó un enorme trozo de pechuga. En ese momento Drake le guiñó un ojo sonriente. Pasó por detrás suyo y le rozó a posta con el codo al cargar con una bandeja.

-Sher -le saludo.

-Drake.

Él se sentó en su sitio y se volvió hacia ella.

-Hoy estás especialmente guapa, ¿es por mí?

Sheryl notó como la sangre se le subía a las mejillas.

-Dame ese trozo de pan -le dijo firmemente a Dael.

-¿Qué?

-¡¡Que me des ese trozo de pan!!

Dael se lo dio temblorosa y Sheryl lo agarró, se levantó y se lo tiró a Drake.

Cayó en su plato por poco. Drake giró la cabeza lentamente.

-¿Me estás proponiendo volver a vernos?

-Esa es mi contestación, no una invitación, cacho gilipollas.

Drake se levantó de su silla.

-Esto no va acabar aquí.

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