miércoles, 30 de abril de 2014

''Otoya-chan'' Nota

Holaa! Como habéis visto acabo de actualizar la portada. He puesto esta, espero que os guste más, dar opiniones. Puede que la vuelva a cambiar, depente de lo que pase xdd. Además estoy pensando en cambiar el titulo tambien, este no me convence lo suficiente.
Cambiando de tema. Como podéis ver estoy poniendo pequeños doujinshis de esta pareja en la multimedia xdd (en Wattpad). Si queréis ver los doujinshis meteros en el enlace de mis historias que hay a la derecha del blog, en el de Otoya-chan. Espero que os gusten. ¡Hasta el próximo capítulo!

domingo, 27 de abril de 2014

''Otoya-chan'' Capítulo seis

Ninguno de los dos tenía nada que hacer. Asi que Tokiya le pidió a Otoya que cantase una canción.
-Otoya, canta algo alegre. Odio este aura impregnada en la habitación, es muy incómodo -se atrevió a decir.
-¿Qu-Que cante algo? -dijo sorprendido.
Tokiya asintió.
Estaba tumbado boca abajo en la cama con los codos apoyados en la almohada, sujetando su cabeza. Estaba viendo los mesajes de su manager en el movil.
-¿Y... qué quieres que cante?
-Hmm, una de amor. -Rió.
-¿Cómo quieres que cante una canción de amor con todo lo que está pasando? ¿No te basta con pedirme una canción?
Tokiya rió más al ver lo sonrojado que estaba Otoya. 
-¿No sería muy irónico? -sonrió.
-Hum, vale está bien -dijo cogiendo la guitarra, alzando la barbilla con los ojos cerrados.
Con la guitarra en mano, preguntó a Tokiya:
-¿Y cual toco? Tú eres el que quiere que toque una canción -le sonrió.
-Hmm... -Se lo piensó un tiempo-. Canta la canción que tocaste en aquel festival, el mercadillo que crearon los niños de tu antigua guardería.
Otoya alzó las cejas.
-¿Esa?
Tokiya asintió con los ojos cerrados.
-Sí, Smile Magic, ¿me equivoco?
Otoya sonrió.
-Solo la canté para animar a los niños -Sinrió con tristeza al recordar-. Al final vinieron muchos clientes.
-A mí me pareció preciosa -le sonrió Tokiya.
-Bueno, vale, tocaré esa -rió.
Otoya se colocó la guitarra y rasgó las cuerdas afinandola unos instantes. Luego en seguida cogió el ritmo de la melodia. Paró y hizo unas entonaciones con la voz. Entonces comenzó a tocar y cantar.
Attakai melody
Mou sabishiku wa nai yo
“Shinjiru” o uta e

Con esta cálida melodía,
¡Ya no hay más tristeza!
Una canción para "creer en ello"
 
Miró a Tokiya con una sonrisa mientras rasgaba las cuerdas. Tokiya le devolvió la sonrisa mientras lo observaba. Miró sus manos moviéndose ágilemente por la guitarra.

Dare mo inai kurosuroudo de Hitori tachitsukusu
(Hold me, hold me, kokoro o
Hold me, hold me, yasashiku)
Nukumori motometa migite 
Gutto nigitte sa
(Tell me, tell me, oshiete,
 nukumori o)

En el cruce de caminos sin nadie más,
Parado por mi cuenta
(Abrázame, abrázame... Un corazón
Abrázame, abrázame... tan gentil)
La calidez que busqué después de estrechar
con fuerza tu mano derecha.
(Dime, dime...
Dime... sobre esta calidez)


But I found it
(I believe you) kitto
(You believe me) omoi tachi wa
(Hamoni ni) kawaru
Tsutaetai hitokoto ga arunda
“Kimi wa ne, mou hitori janai” to

¡Pero lo encontré!
(¡Creo en ti!) Seguramente,
(¡Crees en mi!) mis sentimientos
(Con esta armonía) están cambiando.
Quiero decirte con pocas palabras,
"¡Hey, no estás sola*!"
 

Namida wa yagate, oozora e maiagatte
Kumo ni kawatte ukabu  
Tokiya, sin poder evitarlo, comenzó a cantar el estribillo con él.

Soshite ame ni nari, hikaru taiyou o abi
Kirei na, niji ni natte
Soshite sa… egao e

Pronto esas lágrimas se desplazarán al cielo
y se transformarán en las flotantes nubes
Luego cuando llueva, en una lluvia de brillante luz de sol
Se convertirá en un hermoso arcoiris
Y entonces... en tu sonrisa
   Aquí Otoya siguió tocando solo. Las palabras de su canción llenaban su corazón de una luz brillante; era alegría.

Itsushika minna wa tabun
Otona ni natte sa
(Hold you, hold you, wasurenai
Hold you, hold you, zettai)
sorezore no kaze o otte, yume ni tabidatsu
(Wish you, wish you
sono yume… itsu made mo)

Antes de saberlo, probablemente todos
se convirtieron en adultos
(Abrazarte, abrazarte... No voy a olvidar
Abrazarte, abrazarte.... Definitivamente no lo haré)
Persiguiendo cada brisa, avanzando hacia tus sueños
(Te deseo, te deseo
En estos sueños... no importa qué)

Massugu ni
(We believe it) zutto
(We believe it) mune no oku de
(Hamoni ni) tsuyoku
Kowagarazu ni mae o miyou yo
Te o nobashite, kagayaki e

Directo hacia adelante,
(¡Nosotros creemos!) Siempre
(¡Nosotros creemos!) En lo profundo de mi corazón
(En esta Armonía) tan fuertemente,
¡Vamos a mirar hacia adelante sin miedo!
Alcancemos la luminosidad
  
Tokiya volvió a unírsele en cuanto empezó el estribillo. Los dos cantaron a la vez con una sonrisa, riendo, valanceando sus cabezas.

Soshite minna wa, jibun no monogatari o
Tsumugi egaite susumu
Chotto wa tsumazuki, chotto wa naitari shite
Sonna toki wa, kono uta o
Omoidashite hoshii…

Asi que ahora todos estamos, siguen adelante,
y pintando sus propias historias,
tambaleandose un poco, queriendo llorar a veces,
Cuando eso suceda, quiero
que recuerdes esta canción...
 

(Lalala… We believe it)
(Lalala… Hamoni ni)
(Lalala… ¡Nosotros creemos...)
(Lalala… en esta Armonía!)
    
Los labios de Tokiya se movían a la vez que los de Otoya, cantando.

Attakai melody
Mou sabishiku wa nai kara
Jibun jishin o shinjite
Kakegae no nai, kimi iro no sutori
Kirei na, niji ni natte
Soshite sa… egao e
Con esta cálida melodía.
¡Ya no hay más tristeza!
¡Cree en tí mismo!
No hay reemplazo para tu propia historia
se convertirá en un hermoso arcoíris
Y luego... en tu sonrisa
Y acabaron.
Los dos comenzaron a reírse dejando libre la alegría que sentían en sus corazones. Era una canción muy hermosa y divertida. Los dos habían cantado juntos como nunca. Ahora estaban muy felices. Cuando terminaron de reír Tokiya se levantó y le sacudió el pelo.
-Tendríamos que hacer esto más a menudo.
Otoya le dedicó una enorme sonrisa.
-¡Es verdad!
Tokiya contempló su rostro feliz. Ese sí era el verdadero Otoya, el Otoya que sonreía a todo y veía el lado bueno de las cosas. El Otoya feliz y alegre y sonsacaba una sonrisa a todos. Y eso le pasó. No pudo reprimir sonreír al ver su cara alegre. 
-¿Cantamos otra? -dijo Otoya, ya preparándose.
-Está bien -contestó alegre.
Esta vez Tokiya acercó una silla junto a él y los dos comenzaron a cantar una nueva canción. 
Cantaron canciones de Otoya, canciones de Tokiya, canciones de toda la banda, viejas canciones, canciones favoritas. Los dos no dejaron de sonreír en todo momento, Tokiya cantando y Otoya tocando.
Los dos eran felices así, y no dejarían que nadie les arrebatase eso.
<><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><>
Smile Magic: https://soundcloud.com/utapri-starish-quartet/smile-magic-otoya-ittoki
*En el idioma japonés no se diferencia el género masculino del femenino, así que puede referirse a una chica o a un chico.

jueves, 24 de abril de 2014

''Otoya-chan'' Capítulo cinco

Todos terminaron de recoger y se fueron por su lado. Otoya y Tokiya regresaron a su dormitorio para dejar las cosas. Otoya entró primero. Dejó la mochila sobre la cama, sin ni siquiera encender las luces. Tokiya entró e iluminó la estancia.
-Oye, Otoya…
-¿Qué? ¿Vas a volver a pedirme perdón? -contestó Otoya borde, aunque sabía perfectamente que él no era así-. No hace falta, gracias.
-No. Yo no iba…
-Para de una vez. -Apretó la mandíbula, frustrado. Se frotó los brazos helados.
En ese momento Otoya sintió que Tokiya lo abrazaba por detrás. Deslizó lentamente los labios por su cuello.
-¡¿To-Toki…?!
Otoya interrumpió la frase con un gemido, cuando mordió suavemente su cuello.
-Otoya -habló en su cuello-, llevo mucho tiempo enamorado de ti, y quería que lo supieses ya. Lo que pasó ayer… Quizás no era la forma correcta de decírtelo.
Otoya respiró entrecortadamente. Sentir a Tokiya contra su piel era… una sensación estremecedora. Allá donde él lo tocaba sentía como una descarga eléctrica por su piel.
De repente Tokiya continuó con lo que estaba haciendo, moviendo sus labios de arriba abajo. Deslizó una mano bajo la camiseta de Otoya por delante. Otoya se estremeció.
-¡N-No…, ahí no! -exclamó.
Tokiya movió poco a poco su mano hacia arriba, mientras daba suaves besos por su cuello y hombro. Dio suaves gemidos, muy sonrojado. Cada beso parecía fuego en su piel. Tokiya sacó la mano por el cuello de su camiseta y acarició su cuello por delante.
-Ahh. -Otoya no sabía qué hacer.
Tokiya levantó la barbilla hasta su oído y mordió suavemente el lóbulo de su oreja.
-¡Ngh! -Otoya apretó los dientes. No quería que eso sucediera, porque, aunque no lo quisiese admitir, le estaba gustando.
-No… Por favor, para… -suplicó Otoya.
Tokiya no le hizo caso y continuó. Deslizó su lengua por la oreja de Otoya, provocándole sensaciones indescriptibles. Otoya dio un sollozo. Quería salir de allí. Quería parar.
De repente Tokiya paró.
-Otoya… -susurró-. ¿Estás llorando?
Otoya se tapó la boca mirando al suelo, intentando acallar su lloro.
Tokiya se separó de él y lo giró con suavidad para poder mirarle a los ojos.
-Lo siento -dijo deslizando una mano por su flequillo, colocando algunos mechones detrás de su oreja, un gesto muy cariñoso-. No quería hacerte sufrir. Sé que esto no te gusta, pero no puedo reprimir mis sentimientos y las acciones de mi cuerpo. -Apretó los labios.
En ese momento fue Otoya quien lo abrazó. Tokiya abrió mucho los ojos, mirándole, como si no se lo pudiese creer.
-No digas nada, Tokiya -dijo Otoya, enterrando el rostro en su pecho.
-Pero Otoya…
-Chhss. ¡No es tu culpa que yo esté así, es la mía! Tengo miedo… -acabó diciendo casi inaudiblemente, abrazándolo más fuerte.
-Otoya, ¿de qué tienes miedo? -dijo Tokiya poniendo su mismo tono de voz.
-De todo lo que está sucediendo. -Encogió los hombros.
Tokiya se quedó callado, sin saber muy bien qué decir.
-No entiendo mis sentimientos hacia ti. -Alzó el rostro para mirarle a los ojos-. Todo es tan diferente de lo que pasó con Hiro… -Otoya se estaba atreviendo a contarle todo lo que sentía, aunque no quería aceptar esas sensaciones que sentía su corazón-. Siento que no son malas, pero no tiene nada que ver con Hiro.
El corazón de Tokiya dio un vuelco. ‘’Siento que no son malas’’. ¿Qué quería decir con eso? ¿Qué no estaba sufriendo? ¿Qué le gustaba?
-¿Quizás era porque estaba enamorado de Hiro? -siguió hablando Otoya.
Oh quizás es porque sí estás enamorado de mí. Pensó desesperadamente Tokiya. Se llamó estúpido mentalmente. Qué tontería. Como si eso fuese posible…
-No. ¡No! Yo… Yo quiero que seamos amigos. -Lo miró a los ojos-. No quiero que sea incómoda nuestra presencia. Quiero que vuelva a ser como antes… -El labio de Otoya comenzó a temblar.
Tokiya no pudo evitar juntar sus labios con los de él para hacer que dejaran de temblar. Estaba a punto de echarse a llorar, y él no lo permitiría.
-M-Mmh… -se quejó Otoya.
Presionó más fuerte su cabeza contra la suya, cerrando los ojos.
De repente escuchó el ruido de algo cayendo al suelo. Se separó de Otoya sorprendido y miró hacia la dirección del sonido. Una carpeta llena de partituras se hallaba tirada abierta en el suelo, justo en frente de la puerta, a los pies de los zapatos de una chica. Tokiya levantó la mirada y vio a Haru, con las manos temblando, mirándolos muy sorprendida.
Tokiya deshizo su abrazo con Otoya rápidamente.
-¡Nanami! -Alzó una mano hacia ella.
-¡Si-Siento haber interrumpido! -exclamó ella avergonzada antes de salir corriendo por el pasillo.
-¡Espera! -La persiguió, saliendo de la habitación con velocidad. Esquivó las partituras e intentó alcanzarla.
Antes de que llegaran al final del pasillo Tokiya consiguió alcanzarla, agarrándola del hombro.
-¡Nanami! Lo que has visto…
Haruka se paró y se volvió.
-De verdad, perdonarme por… No me imaginaba que… -No le salían las palabras.
-Nanami. Esto que está pasando... -Bajó la mirada-. Todo está siendo muy extraño. Otoya no tiene nada que ver, así que no pienses nada malo de él. Es todo mi culpa, así que no creas lo que no es. No es lo que parece. Yo le forcé... -Se mordió el labio-. Por eso estamos así, por eso nos hemos comportado extraños en el ensayo. 
-E-Entiendo... -le dijo Haruka, asustada.
-Por favor, no les digas nada a los demás. Si se enterasen... -Apartó la cara imaginándose lo que podría pasar, horrorizado-. Te lo suplico, no les cuentes nada.
-No lo haré; tranquilo, Ichinose-san. Si queréis mi ayuda en algo no dudéis en pedírmelo. Respeto completamente vuestros sentimientos. -Cerró los ojos-. Buena suerte -le sonrió y se alejó.
-¡Nanami-san! -dijo de repente Otoya, con su carpeta en mano.
Haru se volvió y vio cómo Otoya corria hacia su dirección. Esperó a que Otoya llegase hasta ella.
-Te-Te dejaste esto... -dijo con la respiración agitada.
-Gracias, Ittoki-kun.
Hizo una reverencia después de coger la carpeta y se echó a andar por el pasillo a paso rápido.
Los dos contemplaron cómo se alejaba. Tokiya suspiró. 
-Lo siento mucho. Lo he fastidiado completamente.
-¿Co... Cómo ha entrado a nuestra habitación? -preguntó Otoya.
-Humm... -Tokiya puso su mano en su frente y cerró los ojos, pensando-. Ah, me dejé la puerta abierta cuando entré.
Otoya dio un suspiro.
-Regresemos al cuarto.
Tokiya asintió y siguió a Otoya.

martes, 22 de abril de 2014

''Otoya-chan'' Capítulo cuatro

Otoya abrió los ojos de par en par. ¿Qué... Qué estaba pasando? Cerró los ojos lentamente. Sentía los labios de Tokiya apretados contra los suyos. No le importó. No le importaba nada. Como Tokiya vio que no oponía resistencia, abrió la boca contra la suya. Sus labios húmedos dejaron saliva por encima de los suyos. Otoya siguió inmóvil, viendo solo oscuridad a través de sus párpados. Agarró más fuerte la tela de la camiseta de Tokiya por atrás, estirándola. Su corazón iba a cien. ¿Que era esa sensación? Sentía un hormigueo en el estómago. No era como cuando besó a Hiro. Cuando besaba a Hiro lo disfrutaba, pero no se sentía tan bien como en ese instante. No... No entiendo nada...
Tokiya deslizó una mano por detrás de su nuca y lo sujetó, con la otra en su cadera. Otoya tenía las manos en su pecho. Intentó separar su cabeza, tenía miedo de esas sensaciones, pero Tokiya no le dejó. Respiró con dificultad. Tokiya seguía moviendo su boca contra él.
-Mmh... Ngh. -Otoya quería alejarse lo antes posible de él, pero era casi imposible.
Cerró los ojos con más fuerza. De repente Tokiya abrió más la boca y deslizó su lengua por sus labios. Otoya aprovechó para separarse un poco y decir algo.
-¡Tokiya...! -dijo casi inaudiblemente, su voz estaba apagada, pero Tokiya volvió a presionar sus labios en los suyos.
Otoya dio un gemido. Dos lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Estaba aterrado. Todas esas sensaciones y sentimientos eran nuevos para él. No quería adentrarse en ese mundo desconocido. Su corazón nunca había latido así. Todo le parecía tan... maravilloso.
Otoya abrió mucho los ojos. ¿Ma... Maravilloso?
Intentó alejarse con más fuerza que antes. Esta vez lo consiguió, y cayó al suelo.
Lo miró con ojos aterrorizados con la mano en la boca.
-Otoya... -dijo Tokiya levantándose y extendiendo una mano hacia él.
Otoya gateó hacia atrás horrorizado, hasta que chocó contra un mueble. Su labio comenzó a temblar. Estaba muy confuso. Todo eso estaba siendo tan extraño... Lo normal es que al ser los dos hombres Otoya se hubiera visto asqueado o algo por el estilo. Pero sus sentimientos no decían eso. Le había gustado, y eso era lo que de verdad lo atemorizaba.
Tokiya dio otro paso hacia él. Pero Otoya, intentando alejarse más, se pego con más fuerza al mueble.
-No... No te acerques.
Tokiya lo miró con ojos tristes. Sabía que lo había echado todo a perder. Ahora Otoya no lo vería igual. Otoya ahora sí que lo odiaría. Bajó la mano y miró al suelo. Ya no había nada que hacer, ya no había vuelta atrás. Se había descubierto a sí mismo. Ahora nada sería igual.
-Lo siento, Otoya -se disculpó. 
Otoya no contestó. Sentía su corazón frenético. ¿Qué me está pasando? Estaba tan alterado que pensaba que se desmayaría en cualquier momento. 
De repente alguien llamó a la puerta. Los dos se giraron hacia ella pensando quien podría ser. Tokiya fue a abrirla, mientras Otoya se ponía de pie rápidamente. Cuando Tokiya la abrió se encontró con el rostro de Natsuki iluminado por una sonrisa. Natsuki Shinomiya era un chico bastante alto, de pelo rubio, con finas gafas, delicado, que todo se lo tomaba a bien. También fomraba parte de su grupo de Starish.
-¡Otoyan, Toki! -Así era como los llamaba él-. Hemos adelantado el ensayo para ahora, porque luego Masa y Ren tienen una entrevista importante y les viene mal. ¿Os importa que lo hagamos ahora?
-No... No, a mí no. ¿A ti, Otoya? -dijo girándose hacia él.
Otoya sacudió la cabeza.
-Vaya, Otoyan, ¿ibas a salir? -dijo Natsuki al fijarse en la ropa que llevaba puesta.
-¿Ah? No..., bueno..., en realidad sí, pero... 
-Ha sido un cambio de planes repentino -lo respaldó Tokiya.
-¿Eh? ¿No habrá sido por el ensayo? -Natsuki se vio preocupado.
-Ah, no. No te preocupes. -Otoya sacudió la mano, restando importancia-. No ha sido por eso.
-Bueno, me alegra oir eso -sonrió Natsuki-. ¡Nos vemos ahora! -Y cerró la puerta tras de sí.
Tokiya suspiró.
-Vamos, Otoya.
Los dos se prepararon y salieron hacia la sala de ensayos. Cuando llegaron ya estaban los siete en total. 
-¡Bien! ¡Ya estamos todos! -dijo Cecil. Cecil Aijima era un chico moreno de pelo castaño y ojos verdes, de personalidad infantil pero perspicaz con los sentimientos de los demás.
Haruka, que estaba al piano, miró a Otoya y Tokiya y les sonrió. Haruka Nanami era la compositora de Starish, la que les había hecho llegar hasta allí. Sin ella no habrían conseguido nada. Su pelo anaranjado se valanceó a un lado cuando ladeo la cabeza junto a la sonrisa. Tokiya se la devolvió alzando las comisuras de los labios. Otoya se fue por su lado. Haru se quedó sorprendida. ¿Qué le pasaba a Otoya? Otoya le habría devuleto la sonrisa sin ninguna duda, él era muy alegre, divertido y todo lo veía positivo. Tokiya vio su cara soreprendida y no pudo evitar hacercarse a ella para despreocuparla. 
-Ichinose-san, ¿le pasa algo a Ittoki-kun?
-Emm, bueno, él ha tenido un mal día. No te preocupes -le dio una nítida sonrisa.
Haru lo miró con las cejas alzadas mientras él se alejó.
El ensayo fue bien, aunque Otoya y Tokiya estaban desmotivados
Todos sus movimientos eran serios. Se esforzaban, pero no daban su máximo rendimiento. Una vez que terminaron su ensayo de voces y coreografía, todos se dieron las gracias y felicitaciones, esperando que el próximo ensayo fuera igual de bien. Con una toalla en el cuello, Masato se acercó a Ren. Masato Hijirikawa y Ren Jinguji eran dos viejos amigos y compañeros de habitación junto a su sensei Ranmaru. Masato era un chico serio y distante que se guardaba sus sentimientos para sí mismo, pero era una persona muy amable y se esforzaba mucho. Físicamente le gustaba vestir jerséis y camisas con pantalones rectos, peliazul oscuro, con un corte liso, de ojos azules, casi morados. Ren era un persona bastante alegre, pero egoísta. Se llevaba bien con todas las chicas de la academia y tenía muchas admiradoras. Le gustaba vestir de forma desordenada, de estilo rompedor y desaliñado. Tenía un pelo naranja y largo, con unos ojos azules claros y una preciosa sonrisa que hacía caer a chicas a su paso.
Masato se colocó a su lado disimuladamente y se secó el sudor.
-¿No has visto a Ichinose e Ittoki un poco… serios?
-Hum, ¿también te has dado cuenta? –Ren sonrió un poco.
Masato y Ren observaron a Otoya y Tokiya, cada uno en una punta de la sala.
-Parecen muy incómodos entre sí –comentó Masato.
Ren torció la boca.
-¿Les habrá pasado algo? Normalmente se suelen llevar bastante bien –dijo Ren.
-Sí. Si fuese solo Ichinose-san no sería tan raro, ya que él es más serio. Pero Ittoki-san… Es muy extraño, porque él siempre está desbordante de energía y alegría.
Ren asintió con los ojos cerrados. De repente vieron como Haru se acercaba tímidamente.
-Hijirikawa-san, Jinguji-san, estoy preocupada…
-¿Sï? ¿Qué ocurre, my lady? -dijo Ren colocándose a la altura de su rostro.
Haruka se apartó un poco, sonrojada, y continuó hablando.
-Ittoki-kun e Ichinose-san están muy raros hoy. ¿Lo habéis notado?
Masato se cruzó de brazos.
-Precisamente estábamos hablando de eso, ¿qué les puede haber pasado? -Entornó los ojos.
Haru se giró hacia Tokiya y Otoya.
-No lo sé, pero es muy preocupante. -Hubo una pausa de silencio por parte de los tres-. Cuando esta mañana antes de comenzar los ensayos les he saludado Ittoki-kun casi ni me ha mirado. Ichinose-san simplemente me ha sonreído para no preocuparme. Es todo muy raro -se estremeció Haruka.
-¿Deberíamos preguntarles? -dijo Ren.
-No. Al menos de momento. Quizás mañana estén mejor; ya esté todo solucionado.

miércoles, 16 de abril de 2014

''Otoya-chan'' Capítulo tres

Holi holi. Saqué un nuevo capítulo de Otoya-chan en Wattpad. Este es muy triste pero bonito. ¡Espero que os guste! :3


Otoya abrió los ojos. Un poco de luz se colaba por la ventana mal cerrada. Sintió que estaba tumbado sobre una cama. Había estado durmiendo. Levantó la vista hacia el frente. Solo vio un pecho que subía y bajaba respirando. Sintió algo pesado sobre él. Abrió más los ojos al saber de qué se trataba. Tokiya lo tenía cogido, lo estaba abrazando. Él seguía durmiendo. Se sonrojó con rapidez al ver la situación. ¿Por qué estaba allí? Recordaba que se habían quedado dormidos, pero cada uno en su cama. Reiji, su sensei, estaba de viaje, y no volvería por un tiempo.

Se echó hacia atrás muy avergonzado, soltándose de sus brazos. Eso hizo que Tokiya se despertará. Se desperezó y abrió los ojos. Otoya se sentó en la cama, mirando la manta, aún avergonzado.

-Buenos días, Otoya -le saludó él, frotándose un ojo.

-O-Ohayo... -Apartó la vista.

Tokiya lo miró ladeando la cabeza.

-¿Pasa algo? -Solo escuchó el silencio de Otoya-. Oh, vaya, ya entiendo. -Rió nervioso.

Otoya lo miró esperando que explicara algo.

-¿Estás molesto porque he dormido contigo? -Otoya volvió a apartar la mirada, enrojecido. Eso era un sí para Tokiya-. Bueno... -Se rascó la nuca-. Verás, a mitad de la noche comenzaste a gritar y llorar. Estabas teniendo una pesadilla... No pude evitar intentar hacer algo. Y... cuando me acerqué a ti de repente me cogiste y me abrazaste. Como no me soltabas al final acabamos los dos durmiendo en tu cama. -Tokiya se encogió de hombros quitándole importancia.

Otoya abrió mucho los ojos. ¿Él había hecho eso? Su cara se volvió de un rojo aún más intenso.

-Pe-perdón, ¡yo no quería...!

-No te preocupes -le interrumpió Tokiya-. No me molesta. -Tokiya sacudió el pelo de Otoya con una mano.

Bajó la mirada, inocente.

-¿Por qué no desayunamos? -preguntó Tokiya levantándose.

-Claro...

Los dos prepararon el desayuno. Tokiya se sentó en la mesa enfrente de Otoya y comenzó a untar la brillante y pegajosa mermelada sobre su pan tostado. Otoya desayunó sus cereales sin decir palabra.

-¿Qué... tal estás?

Otoya siguió comiendo como si nada.

-Estoy bien, no te preocupes, de verdad -le sonrió.

Tokiya se rió por lo bajo.

-Otoya, esa sonrisa en falsa.

A Otoya se le formó un nudo en la garganta. ¿Cómo... lo sabía...?

Comenzó a temblarle el labio inferior, sintiendo que algo comenzaba a formarse dentro su estomago, sintiéndose pequeño. Apretó los labios intentando disimular el temblor. Siguió creciendo por su garganta, comprimiéndola al paso. Su corazón latió rápidamente. No. No iba a volver a llorar. No iba a ser como una niña pequeña. ¡No quería volver a llorar delante de Tokiya! Ya había llorado suficiente.

Dio un gemido intentando comprimir un sollozo. Le dolía al no sacarlo.

-¿Otoya?

Siguió comiendo más rápido intentando acabar cuanto antes y salir de allí rápidamente. Quería estar solo. Por favor, Tokiya, déjame. No me mires. No te preocupes tanto por mí. No quiero que sufras.

Se bebió su tazón con rapidez, casi atragantándose; cerró los ojos con fuerza disimulando su dolor. Se levantó y recogió su desayuno. Tokiya lo miraba estupefacto. Lo ignoró y corrió a su cama. Cogió la ropa del día anterior y se la puso, olvidando que él estaba allí, observándole. Las mejillas de Tokiya se enrojecieron un poco al ver el cuerpo semidesnudo de Otoya, aunque solo fuese por detrás. Que estúpido. Como si no lo hubiese visto nunca desnudo... Tokiya se levantó apayando las manos en la mesa.

-Otoya, ¿que haces? -Dijo Tokiya alzando un poco la voz.

Otoya se dio más prisa y se colocó la chaqueta y la bolsa. Tokiya corrió hacia él y justo cuando iba a abrir la puerta lo sujetó por la muñeca.

-¿A dónde vas?

-Déjame, tengo trabajo. -Otoya apretó los dientes mirándole.

-¿Es por Hiro? ¿Porque te engañó? ¿Por eso te vas así como así?

Esas palabras se le clavaron en el pecho, haciendole recordar más. La imagen de Hiro y Takumi besándose apareció en su mente. La lengua de Hiro deslizándose por la boca de él. Takumi apretando su trasero. Su corazón dio un vuelco.

-To-Tokiya, déjame ir. De verdad tengo cosas que hacer.

-No tienes nada que hacer. Luego tenemos el ensayo para el concierto, no te daría tiempo a tener nada de trabajo. -La mano de Tokiya se apretó más en la muñeca de Otoya-. No huyas de mí.

-He... he quedado con un amigo -Otoya estaba desdesperado por salir de allí.

Tokiya acercó su rostro más a él.

-Otoya. Tú no eres así.

Otoya lo miró con unos ojos llenos de miedo, moviendose por su cara con rapidez, sus rostros estaban a solo unos centimetros de distancia. Otoya alzó las comisturas de los labios, sonriendo.

-Tokiya... ¿no me crees? -Se vio simpático-. No estoy tan mal como parezco. Ahora, suéltame.

Tokiya aflojó un poco su mano. Ya casi...

-No. -De repente Tokiya tiró de su muñeca, llevándolo hacia delante.

Abrió los ojos. Todo pasaba lentamente. Trastabilló y cayó al suelo. Dio un quejido cuando su hombro golpeó el suelo con violencia. Tokiya cerró la puerta de un golpe. Vio el cuerpo de Tokiya encima suyo, haciendo que escapar fuera imposible. Lo miró con los ojos agrandados. Tokiya fruncía el ceño.

-Otoya, estás dolorido. Acabas de romper con alguien del que sigues enamorado.

Otoya estaba asustado. Abrió la boca, pero las palabras no salían. Sentía que todos sus sentimientos se retorcían de dolor. No lo podía resistir. El sollozo acumulado en su garganta se volvía más intenso.

Tokiya acercó más su rostro a él.

-Sé que quieres llorar -susurró con suavidad.

Otoya se moridó el labio con fuerza. NO, NO, NO. No lo voy a hacer.

Respiró entrecortadamente.

-Llora -musitó.

Giró la cabeza a un lado cerrando con fuerza los ojos. Se estaba haciendo mucho daño. Quería llorar, pero no iba a hacerlo.

-Tokiya, ¡déjame! -Casi no podía hablar.

De repente Tokiya lo abrazó con fuerza.

-No voy a dejarte hasta que saques lo que te guardas dentro -Hubo una pausa de silecio- y te hace daño.

Otoya abrió mucho los ojos. En realidad Tokiya... estaba haciendo que se sintiera mejor. Lo consolaba, lo cuidaba, intentaba aconsejarle. Él quería que llorase... porque es lo que tenía que hacer.

Bajó la guardia.

Una lágrima salió.

No...

Aspiró con fuerza.

Se mordió el labio.

Había caído.

Dio un gemido.

Un sollozo.

Comenzó a llorar.

Se aferró con fuerza a Tokiya, llorando con fuerza. Lo sacó todo. Absolutamente todo. Lloraba y lloraba, diciendo el nombre de Tokiya todo el tiempo. Le pedía que le ayudase.

Tokiya lo levantó. Otoya se aferró a su cuello como un niño pequeño. Le daba igual todo, solo quería estar así...

Se sentó en la cama con Otoya en su regazo, con los brazos en su cuello, llorando en su hombro.

-Tokiya-chan, no me abandones -lloraba-. No me dejes, por favor. Eres el único que me queda. Eres en quien más confío -sollozaba-. No me abandones.

-No te voy a dejar, Otoya. -Acariciaba su espalda-. Siempre voy a estar aquí.

-Yo... No quería llorar delante tuyo. No quiero hacerte daño. No quiero que sufras por mi culpa -lloriqueaba-. Perdóname. Lo siento. Lo siento. Lo siento.

-Otoya, no te dusculpes.

-Es todo culpa mía. Todo.

-Claro que no Otoya. Tú no me haces daño. Yo soy quien quiere protegerte.

-¿De verdad? -Siguió llorando-. ¿No me odias?

-¿Cómo podría odiarte? -Lo abrazó con más fuerza-. Eres mi compañero de habitación, mi compañero de trabajo, y mi mejor amigo. -Se separó un poco para mirarlo a los ojos-. No te odio, te amo -susurró despacio.

Y lo besó tiernamente.


martes, 15 de abril de 2014

''Entre Dimensiones'' Capítulo 14: Gotas saladas

Holiiii. Sí bueno, hace mucho que no publico, jeje. Veréis: exámenes, fiebre, ocupada, etc. Qué queréis que os diga u_u, yo también tengo mi vida! ;n;/. Bueno, he subido un nuevo capítulo a Wattpad de mi historia Entre Dimensiones. Este está muy intenso y es larguito, ¡espero que os guste! n.n (tranquilos, ya tengo la próxima reseña de anime ^^).


Drake levantó la vista hacia ella lentamente.

''Drake, ¿estás celoso?''

Su corazón comenzó a latir con rapidez. ¿Qué debía contestar? El tiempo pasaba con rapidez y ella esperaba su respuesta. Si se quedaba en silencio mucho tiempo Sheryl sospecharía. Si hablaba pero decía algo imprudente... No podría ser bueno. Sheryl siguió observandole con mirada inocente, aguardando. Drake abrió la boca para contestar. Sentía que su corazón quería salirsele del pecho. Apretó los puños sudorosos.

De repente se escuchó un ruído desde la planta de abajo. Drake se giró hacia la puerta sorprendido, al igual que Sheryl. Después se volvió a escuchar el mismo sonido. Se había cerrado una puerta. Drake frunció el ceño.

-¿Qué...?

Al menos había podido evitar su pregunta.

Sheryl miró a Drake.

-¿Hay alguien abajo?

-No debería...

Drake se levantó y salió de la habitación, asomándose a la planta de abajo por las escaleras. Entrecerró los ojos para ver mejor. Había un abrigo negro colgado del perchero.

-¿Padre?

Sheryl apareció a su lado.

-¿Quien es?

Drake avanzó hasta las escaleras y bajó por ellas curioso. Sheryl lo siguió. Un hombre se hallaba organizando unos papeles de pie sobre la mesa. El hombre oyó los pasos y se giró. Miró a Drake con el ceño fruncido y luego a Sheryl.

-¿Quien es?

-Ho-hola padre.

-Te he hecho una pregunta.

Sus labios formaban una perfecta y apretada línea. El hombre era alto, tenía el pelo negro con canas y calva por los laterales, señales de vejez. Tenía un poco de barba por la barbilla.

-E-ella es Sheryl, una amiga...

De repente la mano del señor Tisdale se estrelló contra la cara de Drake. Drake cayó al suelo por la fuerza de la bofetada. Se llevó la mano a la mejilla roja mirando el suelo, sin decir nada.

-¡Drake! -Sheryl corrió a su lado y se arrodilló junto a él-. ¿Por qué ha hecho eso? -exclamó mirando al padre de Drake.

El señor Tisdale la ignoró y levantó a Drake del cuello de la camisa. Se lo llevó a rastras hacia las escaleras, Drake poniéndose en pie como podía, apretando los dientes y cerrando los ojos por el dolor.

-¿¿Qué está haciendo?? -gritó Sheryl corriendo tras ellos.

-Usted ya puede irse. Salga de mi casa -dijo él sin ni siquiera mirarla.

-¡Pare! -dijo mientras el señor Tisdale subía a rastras a Drake por las escaleras, haciendo caso omiso a sus palabras.

-No... No pasa nada, Sheryl -dijo Drake intentando embozar una sonrisa.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Su pecho se oprimía con fuerza al ver esa escena. Intentaba no llorar.

-¡¡Le digo que pare!! -Sheryl corrió hacia él y agarró sus manos intentando que soltaran a Drake. Casi ni se movieron. El señor Tisdale empujó entonces a Sheryl en el pecho. Ella cayó de espaldas por las escaleras. Cerró con fuerza los ojos cuando un agudo dolor golpeó su cabeza.

-¡Sheryl!

Pero Drake no pudo ir hacia ella. Sheryl se incorporó con dificultad. Un intenso mareo la atacó en ese momento. Su cabeza volvió a golpear el suelo cuando todo dio vueltas a su alrededor. En ese momento escuchó el golpe de una puerta cerrándose violentamente. Se dio cuenta de que Drake y su padre ya no estaban allí. Llevó una mano a su cabeza y cuando la retiró estaba cubierta de sangre. Maldijo por lo bajo e intentó volver a ponerse en pie. Cuando consiguió estar de pie aferrada a la barandilla subió por las escaleras, intentando ignorar el dolor.

Le costó un poco subir, ya que se había dado un golpe bastante fuerte. Cuando llegó descubrió que la puerta estaba cerrada. Escuchó el sonido de un impacto procediente de la puerta. Eso preocupó más a Sheryl. ¿Qué estaba pasando? Sheryl apaleó la puerta intentando abrirla, pero sin conseguir nada.

-¡Drake! ¡¡Drake!! -Siguió gritando su nombre.

En ese momento la puerta se abrió y se encontró con el rostro serio del señor Tisdale. Sheryl lo miró asustada, pero él pasó a su lado sin decirle nada, dejando al descubierto el interior de la habitación. Sheryl pudo ver a Drake, incorporado en el suelo, escurriéndose sangre de su ceja y su labio, mirando cómo se iba su padre.

-Drake -susurró Sheryl antes de correr hasta él.

Se tiró encima suyo y lo abrazó con fuerza.

-¿Por qué ha hecho eso? -comenzó a llorar ella.

-Siento que hayas tenido que ver esto... -dijo Drake estrechándola contra él-. No era mi intención.

-¡Claro que no era tu intención! ¿¿Por qué te ha pegado?? -lloró más fuerte Sheryl.

Drake no contestó, simplemente la abrazó con los ojos cerrados.

Sheryl se separó y lo miró através de sus lágrimas.

-Mírate -susurró, observando sus heridas-. Tengo que curarte.

-No Sher. Sal de aquí. No puedes estar más tiempo en este sitio, o será peor.

-¿P-Por qué? Drake, ¿por qué ha pasado eso?

Drake acarició la mejilla de Sheryl con ternura.

-No puedo explicártelo ahora, pero la próxima vez que nos veamos lo haré, te lo prometo -dijo antes de darle un peuqeño beso en la mejilla.

Las lágrimas de Sheryl volvieron a deslizarse por sus mejillas.

-Vuelve rápido a tu casa, tú también te has herido -Drake enseñó una sonrisa triste.

-No... No es nada -Sheryl agachó la cabeza reprimiendo las ganas de llorar.

-Vete, estaré bien -Volvió a abrazarla una vez más y la soltó para que pudiera marcharse.

Sheryl se fue con los puños apretados.

...



Sheryl se despertó con el corazón acelerado. Había vuelto a soñar con esa escena. Drake siendo golpeado, una y otra vez, mientras ella estaba encerrada en una caja de cristal golpeándola, intentando salir de allí mientras gritaba. Sólo podía ver cómo la sangre de Drake se esparcía más y más mientras él gemía de dolor. Sheryl lloraba y lloraba, pero no podía hacer nada. Se incorporó llevándose una mano a la boca, reprimiendo un sollozo. Era una pesadilla horrible.

Volvió a recordar la triste sonrisa de Drake, con el labio escurriendo sangre y una ceja partida. Esa imagen sí era real.

Sheryl volvió a echarse en la cama y miró el reloj parpadeante. Las tres de la mañana. Sheryl suspiró y se removió entre las sábanas. Ya había soñado muchas veces con ese sueño, desde aquel día. Ella había vuelto a clase después de lo sucedido, pero Drake no. Ya era fin de semana. Sheryl cerró los ojos con fuerza deseando volver a verlo, deseando saber si estaba bien.

Cogió su movil y escribió un mensaje a Jem. En clase había estado algo desanimada, más bien intranquila, y no le había dicho nada a Jem. Jem no había preguntado nada por respeto, aunque se veía que él estaba preocupado por Sheryl. Jem la conocía muy bien, sabía cuándo a ella no le apatecía hablar de algo.

Sheryl dejó el móvil sobre la mesilla y automáticamente comenzó a sonar. Sheryl descolgó.

-Que rápido -Sonrió un poco.

-Por fin has decidido contarme -Se escuchó la voz electrónica de Jem a través del teléfono.

-¿De verdad estás despierto a estas horas? -Sheryl miró el techo oscuro.

-No me dejas dormir.

Sheryl rió un poco.

-Tonto...

-Bueno, ¿qué era?

Sheryl susupiró. No podía soportar con todo ese peso ella sola. Era demasiado.

-Ha-hablé con Drake... -Se escuchó silencio en la otro línea-. Y, bueno... Todo fue muy bien. Lo resolvimos.

-Me alegra oír eso -Hubo un suspiro al otro lado del teléfono.

-Sí, fue fácil. Drake se disculpó y me prometió que no lo volveía a hacer. Así como se oye parece una mentira, pero si hubieras visto su expresión... -Sheryl apretó los labios al recordar-. Le creí.

Ninguno de los dos habló.

-Pero... -continuó Sheryl-. Eso no es por lo que estoy preocupada -Sheryl agarró su teléfono móvil con más fuerza-. A-apareció su padre... y... todo se complicó.

Jem se quedó en silencio unos instantes.

-Sheryl..., ¿estás llorando?

Sheryl abrió mucho los ojos al escuchar sus palabras. ''Sheryl..., ¿estás llorando?''. ¿Estaba... llorando? Se llevó un dedo al ojo, cuando lo retiró estaba mojado. Sí estaba llorando, y Jem se había dado cuenta antes que ella.

-J-Jem... -Sheryl se mordió el labio-. To-todo fue muy extraño... De repente é-él apareció... Y-y le pegó, ¡pegó a Drake! Luego se lo llevó a rastras por las escaleras, cogiéndole del cuello de la camisa -siguió llorando-. I-intenté apartarlo de Drake, pero me fue imposible. Se encerró en su habitación con él y-y cuando salió Drake estaba manchado de sangre -dió un gemido-. J-Jem... El padre de Drake le pega, ¡lo maltrata!

-Sheryl, tranquilízate -A Jem le dolía oírla llorar-. ¿Quieres que vaya a tu casa?

-No, estoy bien... No te preocupes -Sheryl se sentó en la cama apoyando su espalda contra la pared-. ¿Qué podemos hacer?

Jem suspiró.

-No podemos hacer mucho, eso lo tiene que resolver por su cuenta, Sheryl -dijo dolorido Jem.

Sheryl se limpió las lágrimas de su rostro.

-Drake no se defendió... -El corazón de Sheryl latía rápidamente-. Drake lo aceptó -Se llevó una mano a la boca, angustida.

Jem guardó silencio, se notaba su aflicción también.

-Hablaremos con él, no te preocpues, Sheryl.

Sheryl asintió como si él pudiese verla.

-Ahora duerme, debes estar agotada con todo lo que está sucediendo.

-Está bien -Sheryl se humedeció las labios-. Buenas noches Jem.

-Hasta mañana. Dulces sueños.



><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><

(Comentario mío en wattpad)


¡¡¡Wueee, capítulo 14!!! Antes de nada... ¡gracias por los 500 leídos! Son poquitos comparados con otras historias, pero estoy muy feliz :33 ¡¡Muchas gracias a todos!! Mi próximo objetivo: ¡alcanzar los 1000!

Bueno, este capítulo ha sido un poco duro >.<, ¿pero no todo iba a ser flores y colores, no? También me gusta escribir cosas tristes xDD (aunque mientras escribía estaba escuchando una canción de Ritsu Onodera muy divertida JAJAJAJA).

Este capítulo se lo dedico a milochispa jajaj (oye, me dejas llamarte Clhoe-chan? Es taaan kawaii >w<). Es nueva en Wattpad y os animo a que leáis su novela. ¡Un abrazo, Clhoe-chan! :3

Votar y comentar, me hace estar happyyyyy CCC: